La maison Nuestra historia

André-Michel Pierlot, antiguo tonelero y embotellador, se instaló en Tours-sur-Marne en 1812 como comerciante de champagne. En este pueblo con la denominación de Grand Cru, situado en la encrucijada de los tres principales viñedos, en las parcelas llamadas Les Plaisances y La Tour Glorieux, fundó lo que se convertiría en la Casa Laurent-Perrier. Su hijo Alphonse Pierlot le sucedió y, al no tener descendencia, traspasó el negocio a su maestro bodeguero, Eugène Laurent.
Eugène Laurent murió prematuramente en 1887 y su viuda, Mathilde-Emilie Perrier, tomó las riendas de la empresa y añadió su apellido al de Eugène Laurent para dar a la Casa el nombre de Veuve Laurent-Perrier. En 1889, innovó con el lanzamiento de su «Grand Vin Sans Sucre», más acorde con sus gustos y los de su clientela británica. Eugénie-Hortense Laurent sucedió a su madre en 1925 y vendió la propiedad en 1939.

Marie-Louise de Nonancourt, viuda con cuatro hijos, adquirió la propiedad de Laurent-Perrier. Durante la Segunda Guerra Mundial, Bernard de Nonancourt y su hermano mayor Maurice se unieron a la resistencia al comienzo de la ocupación. Solo Bernard regresó.

Al regresar de la guerra, Bernard de Nonancourt completó un exigente aprendizaje sobre los viñedos y bodegas antes de convertirse en presidente y director general en 1948. En aquella época, la empresa contaba con una veintena de empleados y vendía 80 000 botellas. Bajo su dirección, Laurent-Perrier consiguió convertirse en apenas 40 años en un auténtico precursor del mundo del champagne. Un apasionado de la innovación y muy comprometido con las tradiciones de la región de Champagne y la calidad de su gente y vinos, Bernard de Nonancourt creó el estilo Laurent-Perrier: frescura, elegancia, pureza; y desarrolló una gama única de champagnes que se exportaban a más de 160 países de todo el mundo.

El Grupo Laurent-Perrier cotiza en el Segundo Mercado de la Bolsa de París y presenta una estructura de Consejo de Administración y Consejo de Supervisión. Alexandra Pereyre y Stéphanie Meneux de Nonancourt se incorporan al Consejo de Administración de Laurent-Perrier, presidido desde 2014 por Stéphane Dalyac. El éxito de Laurent-Perrier es fruto de la energía de una familia dirigida por Bernard de Nonancourt; sus hijas trabajan para perpetuar los valores de exigencia y elegancia, preservar la independencia de su Casa y afirmar la visión de la marca.

Michel Fauconnet, que se incorporó a Laurent-Perrier en 1973, se convirtió en el tercer maestro bodeguero de la Casa, tras Edouard Leclerc en 1950 y Alain Terrier en 1983.


«Toda mi experiencia la conseguí trabajando sobre el terreno. He pasado por todos los puestos de producción: bodeguero, supervisor y jefe de bodega. Aprendí mucho del trabajo técnico en la bodega. Desde 2004, además de director de producción, soy maestro bodeguero. El trabajo ha cambiado mucho. Al principio, el maestro bodeguero elaboraba el vino. Ahora también se encarga del suministro. Es responsable de los vinos, desde la vinificación hasta el embotellado. «Llevo toda mi carrera trabajando para Laurent-Perrier y comparto su pasión por el champagne y sus valores de exigencia y perfección. Mi trabajo consiste en elaborar vinos deliciosos acordes con el espíritu de Laurent-Perrier».

En septiembre de 2019, la llegada a la Casa de Lucie Pereyre de Nonancourt, hija mayor de Alexandra y representante de Grand Siècle en todo el mundo, fue muy positiva. Se está formando con el maestro bodeguero, los equipos de producción y los equipos de ventas para empaparse del saber hacer innovador de Laurent-Perrier.